El post cliché de fin de año.

31 de diciembre de 2011 - Por: Irene Karenina en 0:30
La mayoría de las entradas y borradores de mi blog poco a poco se fueron convirtiendo en notas mentales sin publicar, tengo una lista imaginaria e interminable de tópicos que se me ocurren día a día y cosas de las cuales quiero hablar, pero por ser fin de un año tan caótico y enrollado, aunque sea cliché escribiré, sólo por drenar, por comunicar, porque este año he decidido cerrar todos los ciclos, como dicen en el metro de Caracas: dejar salir es entrar más rápido. Este año 2011 me han pasado tantas cosas que los recuerdos se me confunden como si fuesen de otros años.

Este año mi familia me enseñó que pase lo que pase siempre nos tenemos a nosotros, que en la unión está la fuerza.
Este año entró y salió de mi vida muchísima gente. Mi perspectiva cambió, mi forma de tratar a las personas, mi manera de ver las cosas, mis prioridades, todo cambió.
Este año fue fuerte y casi me lleva por delante. Pero no fue así. Conté con amigos, poquitos, pero los necesarios para sentirme querida y apoyada, en ellos encontré gran parte de la fuerza que necesitaba para seguir adelante.
Este año aprendí que todo tiene un final y pero el camino es lo más importante y fue lo que más disfruté.
Este año me enfermé y me recuperé, me puse estúpida y espabilé, lloré y me reí mucho, viví en las nubes y me caí desde lo alto, grité y guardé silencio.
BAILÉ MUCHÍSIMO, dios mío, me encanta bailar. Este año miré los cielos más hermosos. Unos los pude compartir, otros me trajeron frustración porque solo yo pude verlos. Este año los atardeceres se lucieron, las estrellas hicieron su debut y una estrella fugaz apareció para darnos la oportunidad de pedir un deseo todos en familia mientras la veíamos desde el carro.
Este año me di cuenta que hablo muchísimo de mi familia, cual muchachita enamorada que no para de hablar del novio o de la mejor amiga, así tal cual. Las mejores anécdotas que tengo para contar son de mis papás, mi primita o mi hermanita. Este año el mundo se enteró de que mis papás son un par de muchachitos todavía y mi hermanita es cada vez más mujer.
No crecí NADA en estatura, cosa que me frustra, pero siento que crecí como persona y eso es más importante que unos cuantos centímetros para arriba. También fui de esas pocas chicas de mi edad que mantuvo la cordura y no he crecido "hacia adelante", si saben a lo que me refiero.
Este año cumplí 19 años.
Pasó otro año y sigo sin saber manejar.
Este año he sido más ácida y sincera que nunca. Me volví la reina de los sarcasmos y hago un chiste de casi todo.
Este año, igual que el anterior, las chicas de la residencia han sido de nuevo mis hermanas, mi familia, con quienes he contado y han contado conmigo para todo. Nos hemos reído, hemos compartido, hemos discutido, hemos hecho mentepolladas y nos hemos apoyado. Las amo negruras.
Este año no pongo nada en una balanza. No sé qué fue mejor o peor.
Finalizo el año sin pensar en "qué hubiera pasado si...". Sin arrepentirme de nada. Riéndome sola, porque de mis picardías me acuerdo.
Aprendí que seguir al corazón es lo más difícil que hay, requiere valentía y determinación, hay que aprender a escucharnos a nosotros mismos dejando a un lado las interferencias. Hay que dejar de hacerse ideas y "pajaritos preñados", debemos abandonar los "mojones mentales" si queremos echar pa' alante.
Este año la vida otra vez me dio el gusto de contar con la amistad de mi Cutu hermosa, mi mejor amiga, que me ha hecho abandonar ese miedo de ponerle ese título a alguien porque siempre me pareció pavoso. Una galla (de cariño) que no tiene pelos en la lengua para un TE LO DIJE y con quien he compartido risas, llantos, preocupaciones y su gente ahora es mi gente, es mi 2da familia y los aprecio como no tienen idea.
Este año sonreí con mensajes que me dejaban muda y me di cuenta que a veces las palabras parecen no ser suficientes.
Este año se hicieron presentes Carlitos, que se ha ganado su título de mi mejor amigo; Richards, que es mi "amors" bello con los ojos más azules que he conocido; Rafa, el plebeyo más dedicado de la corte Irenística jajaja; Pablo (Cass), que es una ratica pero sabe que en el fondo me quiere; Francesco y sus "sé seria Irene", que me hicieron espabilar, y Jonathan, el guapísimo que llega a darme una sacudida o un jalón de orejas cuando lo necesito, pero además siempre tiene palabras lindas para mi.
Lloré como una gafa en los hombros de Josué que siempre estuvieron ahí para mi.
Diego Potter una vez más formó parte de mi vida y nunca se apartó de mi.
Este año me di cuenta que la distancia es NADA. "La distancia más corta entre dos puntos, son los recuerdos".
Tuve la oportunidad de ayudar a una familia que en 2 días me enseñó que a veces nos quejamos por cosas totalmente estúpidas e inútiles, que una familia unida puede más que cualquier cosa, que el respeto y el amor son lo más importante en la educación de un ser humano y que todos somos iguales, sin importar status social o la cantidad de numeritos en el saldo de tu cuenta bancaria. Una familia de muy bajos recursos que pueden necesitar muchas cosas materiales, pero amor y decencia tienen de sobra y para regalar. Jamás los voy a olvidar. Trabajé en equipo, me divertí, me cansé, me llené de barro, me lastimé, pero salí con el corazón lleno de satisfacción.
Este año comí todo lo que se me antojó. Me enfermé, pero fui feliz mientras duró.
Este año ha sido un cúmulo de experiencias totalmente nuevas.
Recuperé contacto con amigos muy queridos, perdí contacto con otros. Me reí como loca con mi ozo Eduardo (Dino) y recordé viejos tiempos con muchos otros panas. Me di cuenta que César (nene) por más insoportable que sea nunca dejará de estar presente, que Ed Jose es puro amor y Miguel Angel es el pitufín más bello que hay.
Pasó otro año y no fui a Brasil ni a la Gran Sabana. Pero me bañé en un río.
Este año compré muchísimos libros, demasiados, ya no caben en mi cuarto.
Ahora soy parte de un Centro de Estudiantes bochinchero y jodedor, pero también luchador y lleno de buenas ideas para la mejora de la Escuela de Letras.
Este año amé más que nunca a mi UCV.
Este año he dicho más la palabra "bicho" que todos los años anteriores. Además las palabras "cosito" y "bichito" pasaron a tener otro significado, sobre todo cuando las escribo juntas.
Este año me senté en un malecón y vi el atardecer, muy bien acompañada por cierto. También comí nutella, vi películas, me calé conciertos, me reí, hice chistes sensuales y hablé durante horas y horas.
Este año el cuerpo me ha cobrado con intereses el insomnio, las rumbas y la comida dañina.
Pasó otro año y mi memoria muy lejos de mejorar, se puso peor.
Tengo nuevos amigos que son abrazables. Como Isra, por ejemplo (:

Las dificultades me trajeron más cosas buenas que malas en la mayoría de los casos, no puedo ser así de malagradecida. Pero año 2011, te daré una palmadita en la espalda y ya vete, has jorobado bastante.
PD: Estoy consciente de lo destruida y cachetona que salgo en la foto. Estaba gordita, y además tenía toda la mañana trabajando, pero fui feliz. La foto es muy especial para mi, el mejor almuerzo de mi vida.