¿No te sientes tonto?

23 de junio de 2010 - Por: Irene Karenina en 1:03
Conmigo estudia una chica que es ciega. La chica anda con un bastón abriéndose paso entre la gente que se aparta y la mira con extrañeza, luego alguien le pregunta a dónde va y la guía hasta su destino.
Esta chica está llena de cosas extraordinarias y les explico por qué (entre cosas triviales, y cosas importantes):

Usa lentes. Aún no entiendo para qué. Tal vez si ve un poquito, no sé.

Estudia LETRAS. Esto me parece el acto de valentía más grande. Estudia una carrera donde se lee y se lee como si no hubiese un mañana (por placer, o por pasar un examen). Escribe y lee sus notas en Braille, cosa que me parece excelente pero aún me pregunto cómo logra leer los libros, más que nada los que están en fotocopia. Alguien seguro se los lee y ella escucha, sería chévere porque quien los lee también aprende de la obra, ¿no? Como sea, hay que ser muy fuerte, decidido y luchador para echar pa' alante y transformar su impedimento en un reto, su sueño y su meta en una realidad.

Hay algo excelente, me parece grandioso: supongo que es su familia, asumamos que es así, la han apoyado muchísimo proporcionándole la orientación y la ayuda para que ella pueda seguir su meta. La chica va bien vestida, tiene sus instrumentos para escribir en Braille, siempre alguien la guía hasta la escuela de letras para que llegue bien y la van a buscar, reconocieron en ella a una chica normal y como tal la tratan. Me parece grandioso porque a veces incluso cuando no tienes un impedimento físico, el obstáculo para lograr tus metas puede ser la misma familia que no te deja progresar. Esta chica ha tenido apoyo incluso de los profesores que la consideran y deletrean ciertas palabras desconocidas cuando las escriben en la pizarra para que ella pueda copiarlas mejor. Le hacen sus exámenes de manera oral y la ayudan en todo lo que puedan.

Esta chica representa un ejemplo para todos nosotros. A veces me siento estúpida cuando la veo y recuerdo que me quejo de cualquier bobada, todos nos quejamos de bobadas, hasta cuando nos entra una simple basurita en el ojo. Imagínense que una basurita en el ojo acabara con su capacidad de ver, imagínense su vida sin el sentido de la vista. Sin el sentido que nos permite ver donde estamos parados, advertir peligros cuando los vemos, contemplar las bellezas y placeres de la vida, ¿que haríamos? Yo no dudo de mi espíritu luchador pero definitivamente necesitaría ayuda profesional porque una depresión acabaría conmigo. No me movería de un solo sitio. Me lamentaría para siempre. Pero ella no, ella no se dejó vencer por esto y salió a la calle a cumplir metas, está consciente que es una persona normal con las mismas capacidades que los demás.

Aún no he hablando con ella, nunca hemos hablado, y me molesta que la gente la vea como un bicho raro. No sé si sea tan valiente para ir derechito y decirle lo orgullosa que estoy de ella, pero algún día lo haré, y espero felicitarla cuando nos veamos con nuestros títulos en la mano. Y así, cuando veo gente discapacitada siendo como nosotros, gente normal, luchando, cumpliendo sus sueños, me siento orgullosa de ellos y en silencio sonrío.

Antes de quejarnos pensemos si no estamos siendo desagradecidos con la vida, que nos dio tantas cosas que a mucha gente le falta.

El día de hoy es hermoso, ¿no les parece?