A Rafa (:
¿No les ha pasado que abren un libro y leen exactamente lo que necesitaban, cual si fuese una señal de "Esto es lo que debes hacer"?
A mi me pasó, por eso el texto a continuación, me gustó tanto que sentí que debía compartirlo. Parece largo, pero vale la pena leerlo.
"-¿Por qué estás tan rarita? -me pregunta, hablando con un palillo en la boca, como siempre.
-Qué más te da -le digo antes de contarle todo el rollo entero, de principio a fin, acabando con-: Y lo peor de todo es que me he vuelto a obsesionar con David. Creía que se me me había pasado, pero no hago más que acordarme.
-Date seis meses más -me aconseja- Y verás como se te pasa.
-Ya me he dado doce meses, Richard.
-Pues date seis meses más. Échale meses, de seis en seis, hasta que se te pase. Estas cosas llevan tiempo.
Resoplo sonoramente por la nariz, como un toro.
-Zampa, escúchame -me dice Richard-. Un día de éstos vas a recordar esta época de tu vida como un dulce momento de tristeza. Entenderás que, estando de duelo y teniendo roto el corazón, estás en el mejor sitio posible para cambiar tu vida. En un hermoso lugar dedicado a la devoción y en un estado de gracia. Vive este momento minuto a minuto. Deja que las cosas se arreglen solas aquí, en India.
-Pero es que lo quería de verdad.
-Pues mira qué bien. Querías a no sé quién. ¿No sabes cómo funciona ese tema? El tío ese te ha tocado una parte del corazón que no sabías ni que tenías. Vamos, que te ha dejado tocada, nena. Pero ese amor que has sentido no es más que el comienzo. Casi ni lo has probado. Es sólo un amor mortal, cutre y chapucero. Ya verás como eres capaz de amar mucho más profundamente. Joer, Zampa, que un día llegarás a querer al mundo entero. Ése es tu destino. No te rías.
-No me estoy riendo -le dije, llorando-. Y, por favor, no te rías de mí, pero creo que no consigo olvidarme de este tío porque estaba convencida, en serio de que David era mi alma gemela.
-Y probablemente lo fuera, lo que pasa es que no sabes lo que eso significa. La gente cree que un alma gemela es la persona con la que encajas perfectamente, que es lo que quiere todo el mundo. Pero un alma gemela auténtica es un espejo, es la persona que te saca todo lo que tienes reprimido, que te hace volver la mirada hacia dentro para que puedas cambiar tu vida. Una verdadera alma gemela es, seguramente la persona más importante que vayas a conocer en tu vida, porque te tira abajo todos los muros y te despierta de un porrazo. Pero ¿vivir con un alma gemela para siempre? Ni hablar. Se pasa demasiado mal. Un alma gemela llega a tu vida para quitarte un velo de los ojos y se marcha. Gracias a Dios. Pero a ti no te da la gana de soltarlo. Esa historia se acabó, Zampa. La función de David era darte una sacudida, sacarte de ese matrimonio que no funcionaba, machacarte un poco el ego, hacerte ver tus obstáculos y adicciones, romperte el corazón para que entrara la luz y desesperarte y hacerte descontrolar tanto que no te quedara más remedio que cambiar tu vida y luego presentarte a tu maestra espiritual y largarse con el viento fresco. Ése era su cometido y lo ha hecho a la perfección, pero ya se acabó. Y a ti no te da la gana de archivarla como una relación corta y punto. Eres como un perro en un vertedero. Como sigas así, te vas a quedar con el hocico metido en la lata y las vas a pasar canutas. Así que olvídate del tema.
-Es que lo quiero.
-Pues quiérelo.
-Es que lo echo de menos.
-Pues échalo de menos. Mándale tu luz y amor cuando te acuerdes de él y olvídate del tema. Te da miedo deshacerte de los últimos trocitos de David, porque sabes que te vas a quedar muy sola y a Liz Gilbert le da pánico lo que pueda pasar si se quedase sola. Pero tienes que entender una cosa, Zampa. Si liberas el hueco que tienes dedicado a obsesionarte con ese tío, te va a quedar un vacío en la cabeza, un espacio abierto, una puerta. ¿Y a que no sabes lo que va a hacer el universo con esa puerta? Pues entrar por ella. Dios va a entrar en ti y te va a llenar de un amor que no hahs visto ni en tus mejores sueños. Deja de usar a David para bloquear esa puerta. Olvídate de ese tema.
-Pero me gustaría que David y yo...
-¿Lo ves? Es lo malo que tienes -me interrumpe-. Te gustan demasiadas cosas. Menos "gustar" y más "buscar", nena, que vas de culo y cuesta abajo.
(...) -A ver si aprendes a dejar que las cosas pasen tranquilamente, Zampa. Como sigas así, te vas a poner enferma de verdad. No vas a volver a dormir bien en tu vida. Te vas a pasar noches dando vueltas en la cama, recriminándote por ser un desastre. ¿Qué me pasa? ¿Cómo es posible que no me vaya bien con ningún tío? ¿Por qué me salen las cosas tan mal? Venga, confiésamelo. Seguro que anoche te pasaste las horas muertas pensando justo eso.
-Venga Richard, ya vale -le pido-. A ver si dejas de darte paseos por mi cabeza.
-Pues cierra la puerta, entonces -dice mi gran yogui el texano".
Capítulo 48 de "India" en Comer, rezar, amar de Elizabeth Gilbert.
-Es que lo quiero.
-Pues quiérelo.
-Es que lo echo de menos.
-Pues échalo de menos. Mándale tu luz y amor cuando te acuerdes de él y olvídate del tema. Te da miedo deshacerte de los últimos trocitos de David, porque sabes que te vas a quedar muy sola y a Liz Gilbert le da pánico lo que pueda pasar si se quedase sola. Pero tienes que entender una cosa, Zampa. Si liberas el hueco que tienes dedicado a obsesionarte con ese tío, te va a quedar un vacío en la cabeza, un espacio abierto, una puerta. ¿Y a que no sabes lo que va a hacer el universo con esa puerta? Pues entrar por ella. Dios va a entrar en ti y te va a llenar de un amor que no hahs visto ni en tus mejores sueños. Deja de usar a David para bloquear esa puerta. Olvídate de ese tema.
-Pero me gustaría que David y yo...
-¿Lo ves? Es lo malo que tienes -me interrumpe-. Te gustan demasiadas cosas. Menos "gustar" y más "buscar", nena, que vas de culo y cuesta abajo.
(...) -A ver si aprendes a dejar que las cosas pasen tranquilamente, Zampa. Como sigas así, te vas a poner enferma de verdad. No vas a volver a dormir bien en tu vida. Te vas a pasar noches dando vueltas en la cama, recriminándote por ser un desastre. ¿Qué me pasa? ¿Cómo es posible que no me vaya bien con ningún tío? ¿Por qué me salen las cosas tan mal? Venga, confiésamelo. Seguro que anoche te pasaste las horas muertas pensando justo eso.
-Venga Richard, ya vale -le pido-. A ver si dejas de darte paseos por mi cabeza.
-Pues cierra la puerta, entonces -dice mi gran yogui el texano".
Capítulo 48 de "India" en Comer, rezar, amar de Elizabeth Gilbert.