Y me desvío...
23 de junio de 2010 - Por: Irene Karenina en 0:26
Vivir en esta ciudad hizo que cambiara mi opinión respecto a mi amor por el ruido: antes lo amaba, ahora solo necesito escuchar la lluvia caer en el techito de la sala, el ventilador o una que otra cosita, pero más nada.
El silencio es tan necesario como sonreír.
El ruido sin embargo es para no sentirme sola.
Es decir, me gusta el silencio pero necesito el ruido.
También me gusta el frío pero me encanta estar calientica (no me gusta pasar calor, prefiero que haga frío y luego yo acurrucarme, feliz porque allá en el mundo exterior hace frío y yo estoy acurrucada y calientica).
También me gusta comprar cositas y aprovechar ofertas pero no me gusta quedarme limpia :/
Y amo estar con mis amigos pero disfruto estar sola a veces.
Y me gusta el recorrido cuando voy caminando, pero me paso de floja y me canso.
Y me encanta un día soleado pero me hace sudar y tener que ponerme los lentes, justo cuando voy full de cosas y se me hace difícil sacarlos.
Y me encanta comer pero detesto tener panza.
Me fascina dormir pero desperdicio la mitad de mi día por eso.
Me encanta escribir y no tengo la fuerza de voluntad.
Soy optimista pero en este post le estoy viendo lo negativo a todo.
Me gusta escribir lo que me pasa por la mente pero se pierde la estructura de lo que escribo.
Me encanta la salsa de soya pero mi mamá me la prohíbe.
Necesito tomarme una coca cola justo cuando no debo tomar más refresco.
Necesito tenerte aquí cerquita para que seas el ruidito en mi silencio.
Y ya este post se fue por la tangente.
Buenas noches.