Hay quien me dice que el nombre del blog parece nombre de taguara de esquina (dale Luis, ríete).
Al principio me quedé pensativa, no sabía si "reírme o llorar", como dicen por ahí.
Comentándolo con mi papá, me convenció con una respuesta bastante válida: -"De eso se trata.. Montmartré está lleno de taguaras".
Taguaras, cabarés, cafés, floristerías, museos, cementerios, iglesias, calles solas y angostas, de piedra desgastada por los años. Casas de colores pastel, flores en los balcones, paraguas, bastones, melodías de pianos y jazz. Montmartré, ubicado en la parte más alta de París, es uno de los barrios mas románticos y fascinantes de la ciudad luz. Se respira arte, pintores muy reconocidos vivieron allá, el arte como estilo de vida hace un ambiente delicioso. (Como dato curioso tenemos en que en ésta ciudad fue ambientada la película "Amelié". De hecho, la tienda de comestibles y el café si existen de verdad y son casi íconos del barrio).
Caracas, jamás y nunca podría compararse con París, por supuesto. Pero esta urbe agitada, desesperada por "echar pa' alante", dependiente de la apariencia, la cotidianidad, la sucursal del cielo, tiene su encanto. Se encuentra en el país de lo posible, es la capital , sin llegar a ser una selva de cemento, porque su vegetación es capaz de darle un toque casi distintivo a la ciudad. Vigilada por el Waraira Repano, es la ciudad de los sueños, de la lucha, del tesón.
Toda esta divagancia, esta descripción un tanto emocional de las 2 ciudades, me lleva a comentarles, que al escribir acá me imagino en alguno de estos 2 escenarios:
El primero puede ser en un café, con jazz o piano como música de fondo. Una mesita junto a la ventana y un mesonero que me trae un croissant y un café. Yo casi automáticamente muerdo el croissant, porque no le quito la vista a mi imprescindible libreta, que cargo siempre siguiendo el consejo de mi papá (si, otra vez él): "SIEMPRE lleva contigo papel y lápiz, SIEMPRE. Nunca sabes que se te puede ocurrir, ¡escribe!". Este escenario resulta divino, hallo interesante lo bohemio del sitio, de la circunstancia. Incluso entablar una conversación con alguien del sitio debe ser algo fascinante.
Ahora bien, el 2do escenario, generalmente el más común y apegado a la realidad es el que sucede precisamente ahora: Yo, trasnochándome por mero gusto y necesidad a la vez, esta es mi "hora creativa", los pensamientos fluyen mejor de noche. O por lo menos para mí funciona así. Mis compañeras de residencia están dormidas, así que el único ruido proviene del ventilador y del teclado de la compu. Esta tranquilidad es tan valiosa para mí, que no la desperdiciaría en horas de sueño que puedo recuperar durmiendo casi hasta el mediodía (a Dios gracias que veo clases en la tarde, sino no sé que haría, la verdad).
La escritura siempre fue parte de mi vida y lo va a seguir siendo, como orgullosa estudiante de la escuela de Letras, TIENE que gustarme escribir, casi obligatoriamente, pero para mí es no es problema.
El trasnocho casi me representa, soy de la generación que vive de noche y duerme de día, por eso el nombre del blog. No pensaba en un nombre que me describiera a mí, pero parte de mis divagancias y reflexiones son nocturnas, otras las escribo en el salón de clases, otras tirada en el pasillo de la facultad, donde sea, así que me pareció perfecto.
Acá compartiremos experiencias, anécdotas, ideas, textos que me gusten, noticias, si quieren llámenlo un arroz con mango pero ¿cuándo la mente ha estado ordenada?
Bienvenidos a mi café, a mi taguara, a mi mente, a mi habitación, los invito a mirar con mi mirada y a disfrutar como la vida pasa frente a nuestros ojos si fuese una película.
PD: Acá algunos links, para que conozcan un poco Montmartré. Si algún día tienen la oportunidad, vayan.